martes, 28 de septiembre de 2010

El tiempo fluye

Hoy es mi cumpleaños. Mi madre me enseñó que el cumpleaños de uno ha de ser un día festivo, una celebración de la vida. Decía que sin velitas y flores no se cumplian los años de verdad. Ella siempre me hacía una comida especial.Aunque fuera día laborable, ponía una mesa bonita y golpeando con una cucharilla la copa de cava, coreada por todos los presentes,contaba los años que yo cumplía. Ese día el protagonista es el que ha ganado un año más el pulso a la vida, por eso se merece que le quieran, le mimen y que, en la medida en que sea posible, se cumplan sus deseos.Reina por un día, así me siento. Mis amigos y familiares empiezan a felicitarme ya el día anterior por temor a formar parte de mi lista negra : la de losqueseolvidan, estos caen en desgracia y les cuesta mucho tiempo y esfuerzo alcanzar el perdón. Pero en general, todos los que me quieren se acuerdan porque me quieren y porque saben que para mi es importante. Mi hija ha heredado este sentimiento festivo. Ella es ahora la que se esfuerza por ser amable por un día. Me ha preparado la comida, un pastel y me ha preguntado cómo estoy, sé que ella va a continuar la tradición y eso me llena de orgullo.

Respecto al hecho de ser más vieja no diré que me da igual. No puedo evitar una sensación de melancolía al volver la vista atrás y, sobretodo, al mirar hacía delante, me veo caminando hacía el final y no me gusta esa dirección. Pero es lo que hay. El tiempo es un concepto intangible del que sólo tenemos pruebas a través de marcadores externos, por ejemplo las estaciones, etapas que antes captábamos directamente de la naturaleza y que ahora nos anuncian las vallas publicitarias y los medios en general. Otros marcadores importantes son las fiestas: "¿Ya es Navidad otra vez?", y va faltando gente a la mesa, y los reyes ya no vienen y el paso del tiempo y sus estragos se siente más en esos días señalados, por eso hay tanta gente a quien no le gustan las fiestas, a no ser que sean lúdicoviajeras. Y por último está el cuerpo, el crecimiento imparable de tus hijos, la progresiva caída de la musculatura incapaz de resistir la gravedad, el apergaminamiento de la piel, el ciclo de la vida.

Lo curioso es que el discurrir del tiempo es tan rápido y tan lento a la vez que tú no notas esos cambios hasta que ya está la cosa muy avanzada, pero por otro lado miras hacía atrás y te parece que apenas has hecho nada todavía. No sé, hace ya mucho que abandoné la metafísica.Prefiero disfrutar del día de hoy y celebrar la vida .

jueves, 16 de septiembre de 2010

El porquè del agua

De los cuatro elementos que nos configuran, el agua es mi preferido.Dicho así suena tan frívolo como hablar del color favorito , pero es mucho más.Obviando el mensaje ecológico de que el agua es vida, yo añadiré que es dentro del agua donde más viva me siento.Probablemente porque en el agua no peso, me desplazo y me muevo como si fuera una sílfide.Encuentro un infinito placer en el instante mínimo en que la piel caliente por el sol entra en contacto con el líquido frío .Es estimulante ,y seguro que pone a funcionar todas las sustancias positivas que segrega el cerebro y que producen bienestar.Me da igual que el agua sea salada, dulce o clorada.Puestos a elegir prefiero las pozas porque todo es verde y fresco y silencioso y porque siempre me asombra la capacidad del agua para sobrevivir.

Envidio su estrategia, esa capacidad inagotable para encontrar el recoveco, el lugar adecuado, la manera discreta de volver a emerger.Me admira su poder cuando se enfada y temo su virulencia destructiva.Cuando está en calma en cambio no hay nada más suave y más tranquilo:el sonido del agua de un torrente, el hipnótico espectáculo del mar que jamás y por nada se detiene.

Los meses más sosegados de mi vida los pasé flotando en un vientre protector, creo que cada vez que me sumerjo, el subconsciente amigo me devuelve a aquel tiempo sin fisuras ni problemas.
Pero el ser optimista no me impide saber de la existencia del agua putrefacta, del agua estancada, de todo aquello que nos impide avanzar, que nos paraliza y que pone en marcha el quinto sentido que hasta ahora no había empleado en este escrito: el olfato. Os he hablado del gusto, el placer de beber, del oído, el rumor y el estruendo, del tacto, agua fría sobre la piel reseca , de la vista, la delicia de contemplar el mar, el río, la fuente, el lago, la catarata, incluso el manantial, pero estad alerta amigos, cuando empecéis a notar que el agua no es aroma sinó ligera pestilencia, intentad buscar una salida, alzad una compuerta, cread una fisura, lo que sea con tal que todo fluya.

lunes, 13 de septiembre de 2010

BOCHORNO
Hace un día bochornoso.Uno de esos días de cielo plomizo y ambiente caluroso cargado de humedad. Uno de esos días en que cualquier movimiento se paga con el sudor de la frente y otras partes del cuerpo. El corazón tambien tiene el color del plomo y nota una terrible desazón aunque no la identifica. Científicamente esta pesadumbre tiene una explicación: el aire entra con más dificultad, la respiración no es fluída y el individuo nota una sensación de ansiedad. No niego que todo tenga un motivo empírico, pero lo cierto es que el peso está ahí y que todos sabemos que la lluvía abrirá la compuerta y podremos dar rienda suelta a la tristeza, a la alegría, a la energía o a lo que sea que nos provoque la lluvia a cada uno.

Lo cierto es que con los años he aprendido que no debo sentirme culpable por estar mal. Durante mucho tiempo me he avergonzado de mis tristezas porque siempre hay alguien conocido, e incluso amado, que está peor que yo; miserias, enfermedad, muerte, abandono... y no digamos cuando me aventuro al exterior y veo la que está cayendo. El drama y la tragedia son inherentes al ser humano, a la vida a la sociedad y a la naturaleza, pero eso no evita que tú y yo podamos sentirnos tristes, apesadumbrados o ansiosos. Cada uno de nosotros siente la vida de una manera distinta, somos más o menos vulnerables, más o menos optimistas, las leyes de la genética, del ambiente; el resultado de las elecciones que vamos haciendo, la suerte que tengamos.Todo es muy relativo y no quiero juzgar ni que me juzguen.A lo mejor mis neuronas y las tuyas no hacen igual las conexiones, o la recaptación de serotonina no es correcta o, simplemente, esta tarde hace un bochorno terrible y hasta que brote el agua todo es pesadumbre.

Reivindico el derecho a que cada uno se sienta como quiera sin sentirse culpable, pero tambien afirmo que nadie debe quedarse en su rincón a lamerse las heridas, pues muchas veces, nuestra presencia es necesaria para hacer más llevaderas las tragedias de aquellos a quienes amamos, o simplemente basta con ser amable con los desconocidos, intentar sonreir y no descargar la ira contra los inocentes, hacer nuestro trabajo con dignidad y tratar de que todo fluya un poco más ligero.Aunque si no se puede no se puede. Y punto.