jueves, 13 de octubre de 2011

PERGAMINO

Dicen que la cara es el espejo del alma. Dicho así parece algo muy etéreo aunque sea verdad.

Mi cara es un mapa surcado de pliegues, bolsas, arrugas y marcadores varios de todas las cosas que hago y siento Allí han dejado huella todas las sonrisas que le he dedicado a la vida, en las comisuras de los labios se confunden con el gesto crispado del dolor, con las múltiples ocasiones en que he tenido que apretar con fuerza los dientes para no derrumbarme. Está presente el famoso rictus de la ansiedad perenne, ese que ya ha dejado un surco definido cada vez más profundo, ese que se desliza hacía abajo y que los expertos en cosmética dicen que es flacidez
Al norte las mejillas surcadas por las lineas del sol, ese sol que me va cuarteando poco a poco y que antaño fue un distintivo de ascendencia campesina: cuanto más morena más pobre, nada más bello que esa piel de camelia que las damas protegían con empeño. Luego todo cambió y se puso de moda estar morena, eran las ricas las que estaban todo el año bronceadas mientras las pobres nos teníamos que conformar con nuestro "bronceado vacacional". Actualmente todo es confuso:por un lado, el sol es malísimo y produce cáncer, por otro ,morenita estás más guapa, ¿en qué quedamos? Yo lo tengo claro. La piel tiene memoria y ya es demasiado tarde para olvidar.
Mi mirada se apaga. Las patas de gallo ya son garras de tigre. De nuevo las sonrisas que tanto he prodigado ahora pasan factura, eso y las muchas lágrimas, derramadas o no, presentes en mi vida.Las bolsas acumulan malos "humus", humores encharcados que no fluyen.
Este verano me han aparecido dos rayas simétricas en el labio superior. Perfectamente delineadas, profundas, evidentes, imposibles de paliar ni con la crema del día y de la noche.
Esas dos arrugas se las dedico a F.
Hay mucha palabrería sobre la belleza implícita en un rostro maduro. Tonterías. Premios de consolación. Lo único cierto es que el tiempo fluye y la tersura de la pìel, la piel del alma, del cuerpo, de las cosas, desaparece poco a poco y tú con ella.

2 comentarios:

  1. Me ha encantao lo de "las patas de gallo ya son garras de tigre"... ¡qué loca estás!... yo estoy a punto de no verme los pies (y mira que son grandes) por culpa de mi barriga de cuarentona, por si te consuela.

    besos mil

    la sister

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  2. Me alegra que parezcas un mapa y me alegra más aún que estés llenas de arrugas. Lo mejor de todo: ¡que te faltan millones de ellas! Así que no te quejes porque lo único que has hecho con tu alma, con tu cuerpo, es vivir intensamente aquellas cosas que dices que desgastan la piel y que de forma algo menos poética otros llaman simplemente "vida".

    Un abrazo de tu pupila más sobresaliente :)

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